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Invasores. La pérdida de los localismos.

Tinta sobre tela e hilo de cobre, 2022

El Archipiélago Canario está caracterizado por su origen volcánico, su insularidad, su proximidad al continente africano y su climatología. Estas peculiaridades han permitido que este territorio destaque por la singularidad de su biodiversidad.

 

En este contexto, la presencia del hombre, a través de la ocupación del territorio y sus actividades, está suponiendo una amenaza para el patrimonio natural del archipiélago. A pesar de la conciencia política existente para la conservación de la flora canaria, la fragilidad de los ecosistemas insulares fue corrompida desde que se produjo la introducción de especies invasoras en las islas.

 

Se consideran plantas invasoras aquellas que han sido introducidas por los humanos, bien de forma accidental o de forma intencionada, fuera de su hábitat. Esta situación trae consigo una competencia entre las plantas nativas y las exóticas, persistiendo aquellas con mejores dotes para la supervivencia y promoviendo profundos cambios en el paisaje al producirse una lucha por el espacio y sus recursos.


“Invasores. La pérdida de los localismos” gira en torno a la idea de planta invasora. Invasor (del latín invaděre) hace referencia a aquello que ocupa un lugar de forma irregular, irrumpiendo y propagándose. A través del uso de la caña común y el rabo de gato, dos especies que ocupan preocupantemente la isla de Gran Canaria, se presenta una instalación que conecta metafóricamente con las características que definen al ser humano actual dentro del marco de la globalización: competitivo, destructivo, invasor. Al igual que las plantas invasoras traspasaron fronteras geológicas y políticas, la globalización trasciende los límites territoriales en su extensión cara una dimensión mundial gracias a la masificación de las TIC e Internet. La frontera física está siendo transgredida por el poder de la tecnología y las comunicaciones, las cuales necesitan del cobre, uno de los conductores más eficientes de la actualidad, para existir.

Esta obra ha sido realizada dentro del programa "Artistas de Residencias Artísticas" del Centro Atlántico de Arte Moderno  (CAAM). Cabildo de Gran Canaria.

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